Gobierno PSOE-Podemos

A Sánchez le da igual que el ataque homófobo fuera un bulo: presidirá la Comisión de delitos de odio

Pedro Sánchez
Marlaska presidiendo la Comisión contra los delitos de odio. (Foto: Interior)
Segundo Sanz

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presidirá este viernes la Comisión de seguimiento del Plan de lucha contra los delitos de odio pese a que el motivo que originó esta nueva convocatoria -la vez anterior se celebró el pasado 28 de julio en el Ministerio del Interior- fue la falsa agresión homófoba denunciada por un joven en el barrio madrileño de Malasaña.

Moncloa anunció el martes la «convocatoria urgente» de esta reunión cuando todavía no se ha producido la confesión de la presunta víctima, según la cual las heridas sufridas fueron «consentidas» en una sesión de sadomasoquismo con otras dos personas. Al conocerse en la tarde del miércoles dicha confesión ante la Policía, desde el Gobierno afirmaron que la convocatoria de la Comisión contra los delitos de odio se mantenía. Y ya este jueves, se ha confirmado que la reunión estará presidida por el propio jefe del Ejecutivo frente a las veces anteriores, en las que fue el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien estaba a la cabeza. El lugar elegido tampoco será la sede principal del Ministerio del Interior, sino otras instalaciones de este departamento en la zona de Cuatro Caminos.

Ahora, Moncloa ya no esgrime la falsa agresión homófoba para sostener esta convocatoria, sino que se agarra a un incremento de las «denuncias» por supuestos delitos de odio. De hecho, en estos términos se pronunció el propio Pedro Sánchez este jueves en una visita a la Universidad Laboral de Gijón (Asturias) para hacer propaganda de la nueva ley de Formación Profesional aprobada por el Gobierno antes de su tramitación parlamentaria.

En una declaración institucional, sin preguntas de la prensa, Sánchez evitó hacer autocrítica sobre el bulo de la agresión homófoba alimentado por su Gobierno durante días y sobre las acusaciones infundadas vertidas por miembros de su Ejecutivo, como el propio Marlaska, contra formaciones política rivales, fundamentalmente Vox.

«Esa denuncia falsa no puede impedir describir lo que es verdad, la realidad que sufren personas de muchas orientaciones sexuales por el hecho de ser como son», señaló Sánchez durante su intervención en Gijón.

En esta línea, Sánchez manifestó que «es importante trasladar ese cariño y empatía» a dicho colectivo, y también el compromiso del Gobierno socialcomunista «de seguir poniendo encima de la mesa medidas e instrumentos para frenar ese incremento, por desgracia, de delitos de odio; un incremento del que la sociedad española es testigo», agregó.

«Partidista»

Entretanto, PP y Vox han denunciado la instrumentalización que Sánchez y los suyos están haciendo de esta no-agresión. El líder de los populares, Pablo Casado, ha acusado a Sánchez de «utilizar de forma partidista» agresiones como la del joven de Malasaña y los delitos de odio, al tiempo que ha solicitado la dimisión del ministro del Interior, que «ya está inhabilitado para ejercer su cargo y está degradando las instituciones».

Por su parte, el presidente de Vox, Santiago Abascal, ha recalado que «la brutal agresión resultó ser una burda patraña alimentada por el Gobierno y sus lacayos mediáticos para señalar a Vox», ya que, en su opinión, «llevan meses cocinando la ilegalización» de este partido. «Por eso nos sitúan en el foco de todos sus montajes, desde balas inexistentes a agresiones de diseño», ha denunciado, recordando el chusco episodio de la campaña del 4-M en Madrid.

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